mayo 16, 2020

La Comuna 13 como símbolo del renacer de un Medellín Innovador, volcado hacia la Ciencia y la Tecnología.


Escuela destruida por una de las bandas antes de abandonarla para que no fuera utilizada por nadie más

El 16 de Octubre de 2002, el ejército y la policía de Colombia, apoyados por helicópteros artillados, invadieron la Comuna 13 de Medellin, calle por calle, casa por casa, escuela por escuela. Por muchos años ni la policía se atrevía a entrar en este gran barrio de clase baja y media. Tugurios o fabelas, aquí llamadas “comunas”, constituían el centro de terrorismo urbano más importante de la ciudad en épocas nefastas del país cuando Pablo Escobar, la guerrilla FARC, el ELN, los paramilitares y bandas criminales se entrelazaban en un constante batallar por dominar el bajo mundo. Parecía un Beirut, circa 1972. La Operación Orión, como la denominó el recientemente inaugurado gobierno del presidente Alvaro Uribe, al comienzo y por varios años motivo de alabanzas, recientemente flanco de críticas acérrimas por argumentos relacionados con uso excesivo de la fuerza, por asesinatos de civiles inocentes y por haber dejado volver a reinar a bandas criminales (“bacrims” como las llaman hoy dia) han desdibujado de alguna manera ciertos aspectos positivos que trajo dicha operación.  Informaciones tildadas de medias verdades y otras francamente cuestionables, abundan en los últimos años respecto a si el Estado, en cabeza no solo del presidente Uribe sino de Santos, permitió que regresaran las bacrims en impunidad rampante, algo que mucha de la gente joven percibe como una actuación nefasta y lo peor aún, programada. Inclusive, en varios de los famosos grafitis de hoy día, ilustran a estos mandatarios como dos culebras, la una en tonalidad verde (Uribe) y la otra en tonalidad roja (Santos).  

Sin embargo, versiones más positivas y tal vez más reales tienen que ver con el hecho de que los acontecimientos ocurridos en los meses siguientes a la toma del sector por parte de la fuerza pública, marcaron un hito incuestionable en el renacer de Medellin.

Fue, según dichas versiones, un renacer tipo Ave Fénix desde el hueco negro en que estaba la ciudad y que dicho cambio catapultó esta sociedad hacia un acelerado liderazgo en algo completamente diferente a su vieja tradición empresarial y manufacturera y, obviamente, a su fama trágica causada por el narcotráfico y sus secuelas diabólicas.


Esta era la manera como subíamos por las mañanas a la comuna a enseñar el uso de los computadores a los policías.

Este barrio y este esfuerzo en ese momento estuvo marcado por una completa dedicación de las fuerzas vivas de la ciudad, desde los sectores público, privado, academia y ONGs bajo la bandera de la Innovación, la CiEsta era la manera como subíamos por las mañanas a la comuna a enseñar el uso de los computadores a los policías.encia y la Tecnología. En el imaginario público se habla de una inspiración parecida a la que tuvo el presidente Kennedy cuando se dio de repente cuenta que había un satélite de la Unión Soviética en el espacio llamado Sputnik y un astronauta igualmente de dichas naciones dándoles la vuelta al mundo desde el espacio cada 90 minutos llamado Yuri Gagarin y decidió tratar de aglutinar la energía y fibra interior del pueblo americano inherente pero sin cohesión alguna, y creo la idea de llevar, y traer de regreso sano y salgo al hombre a la luna, antes de terminar la década del 60.

Poco se conoce de dicho proceso y la importancia que tuvo la Comuna 13 como parte de un proyecto llamado “Naciones Digitales” en ese renacer. Es una nota que contrasta con las muchas que tratan de desdibujar la importancia que ha tenido la comuna a lo largo de estos 17 años en el despertar de Medellin hacia el Mundo Digital. Es el momento de contar una historia inédita, desconocida para la gran mayoría de las gentes locales y, obviamente, internacionales.

El pensar que muy probablemente debido a ese cambio de mentalidad Medellin dio un gran “salto de la rana” y pasó de ser una ciudad cuasi fallida conocida como la ciudad más violenta del mundo, con un promedio de 365 muertes violentas por cada 100,000 habitantes, a ser reconocida en estos 18 años como la Ciudad Más Innovadora Del Mundo en 2014, parecería algo de ciencia-ficción. Este reconocimiento, fue otorgado por el Wall Street Journal, la Urban and Land Foundation de la ONU y el CITIBANK, significó el ser considerada como tal por encima de Tel Aviv y New York. Como si fuera poco, en 2018 fue nuevamente galardonada, esta vez como la ciudad más Innovadora Socialmente hablando por la fundación Lee Kuan Yew en Singapur. Con 19 muertes violentas actualmente por cada 100,000 habitantes, está considerada como más segura que ciudades como Washington DC para nombrar solo una.  Falta mucho para estar en un solo dígito de muertes violentas como lo son ciudades escandinavas, o algunas asiáticas. Pero comparar 365 muertes contra 19 es ya de por si un cambio de paradigma en temas de seguridad impresionante. Sin embargo, estos cambios culminan con la designación en Enero del 2019 como la ciudad sede del Centro Latinoamericano de la 4 Revolución Industrial otorgada por el World Economic Forum (WEF) para todo mérica Latina. El WEF, es la entidad reconocida mundialmente líder en el campo del desarrollo social, económico y tecnológico sostenible.


En estos camiones semi blindados nos subían todos los días a la Comuna

Muchas veces las cosas comienzan de manera muy diferente a lo que la gente percibe como realidad. Este relato trata de honrar un concepto de vanguardia, cambio de paradigma dirán otros y el papel que tuvo la Universidad conocida por su sigla, MIT (Massachusetts Institute of Technology) particularmente en una de sus dependencias llamadas el “Media Laboratory” conocido como el Media Lab. Recorramos, entonces, el camino de este renacer.

NACIONES DIGITALES Y LA COMUNA 13:

Durante los años 80 y 90 el Media Lab del MIT tuvo una franquicia en Nueva Delhi, India, llamada El Media Lab India. Dentro de los varios proyectos desarrollados por dicha entidad uno tuvo que ver con una situación de violencia extrema en la región de Cachemira. Una de las poblaciones en esta zona de conflicto perenne entre Pakistán y la India, con 285,000 habitantes, tenia una serie de guarniciones con 65,000 efectivos militares en total y aún con esta desproporcionada cantidad de militares en relación a la población, la violencia no cedía.

El General Arjun Ray (https://en.wikipedia.org/wiki/Arjun_Ray). al mando de este contingente militar, frustrado y angustiado por no poder pacificar la región, decidió poner a los 65,000 efectivos militares a fabricar escuelas, hospitales, acueductos y alcantarillados. Para el tema de las escuelas, contactó al Media Lab India para que diseñaran una manera creativa e imaginativa de poner estos efectivos militares no solamente a construir las aulas sino a que fueran ellos los que enseñaran a los chicos y chicas como manera de involucrarse lo más humana y amablemente posible y ganarse así la confianza, la admiración y respeto de la población. El general en su concepción original pensaba en actividades docentes tradicionales pues no conocía nada distinto. Varios profesores del Media Lab idearon la manera de que fueran los policías y militares los que capacitaran a los policías y militares en el manejo de computadores, algo inédito para ellos, especialmente en lo relacionado a enseñar a los chicos a escribir código, es decir a programar. Esto se hacía posible gracias a un lenguaje de computador llamado LOGO, inventado por Seymour Papert, uno de los científicos-genio del MIT. Por dicho lenguaje, un infante de 5 años podía aprender a programar jugando en la pantalla con la figura de una pequeña tortuguita a la que el chico o la chica le daban instrucciones de que se moviera en tal o cual dirección, tales o cuales cantidades de unidades, o cosas por el estilo. Este proceso se conoce con el nombre de “Programación Linear”.  Esto, que parece tan trivial, hacía parte de toda una filosofía educativa inventada por Papert cuando trabajó en Suiza con el neurólogo Jean Piaget, considerado el padre de la pedagogía moderna. En pocas palabras, cuando el chico(a) se convierte en actor y no en espectador, (lo que hasta el momento es lo tradicional en un sistema pedagógico todavía en boga), la huella de la memoria es mas profunda y duradera, y adquiere además al prender a escribir y leer código, prácticas y disciplinas de la mente como son el Pensamiento Crítico, una Mentalidad de Resolver Problemas, un Compartir (diferente a copiar o “hacer trampa” como se percibía equivocadamente en antaño al hecho de trabajar en equipo,) y Reflexionar (así con mayúsculas). Todo esto lo adquirían de una manera más coherente, monolítica y duradera que el resto de las gentes que posiblemente poseían atributos similares pero no de una manera tan contundente y completa.  Se ha llamado a esta metodología el “Aprender Haciendo”, en vez de “Aprender Memorizando”.  (Hoy día, con el advenimiento de impresoras digitales de 3D, con herramientas provenientes del Internet de las Cosas, la Inteligencia Artificial, y el Manejo Masivo de Datos- Big Data-, la nueva teoría educacional ya no se le denomina “Aprender Haciendo” sino “Aprender Construyendo”. El objetivo, crear un nuevo perfil de ciudadano capaz de inventar soluciones a los problemas diarios de la vida).

General Arjun Ray –

A los 18 meses de iniciado el programa del General Ray con el Media Lab India, conjuntamente con las otras actividades anotadas arriba, se redujo la violencia en un 80% y el General Ray se convirtió en una celebridad internacional. Hoy día, casi 30 años más tarde, la fundación que dirige desde Bangalore, es referente internacional en el Suroeste Asiático sobre cómo lograr pacificar regiones en conflicto, mediante prácticas militares no tradicionales de impacto social sencillo pero transformador.

El suscrito fungía en esas fechas como “Académico Visitante” en el Media Lab del MIT. Mi labor consistía en tratar de diseminar en Hispanoamérica, dicha filosofía educativa. De alguna manera hicimos saber a funcionarios del presidente Uribe en esos meses de finales de 2002 sobre esta experiencia en Cachemira y pronto nos pusieron en contacto con el Alcalde de la ciudad de aquella época, Luis Pérez. Acababa el Alcalde de firmar un contrato para fabricar desktops con Hewlett Packard (HP) y al conocer en más detalle nos pidieron que pusiéramos en práctica un proceso similar al usado en la India, usando para ellos dichos computadores.  

En Marzo de 2003, a solos 6 meses de retomada la Comuna, aterrizamos con dos profesores que habían estado en la India, dirigido por uno de ellos, David Cavallo. Además, llevamos gentes de nuestro equipo de Naciones Digitales (Digital Nations) de Bogotá, Sandra Abreu y Fernando Chaparro (antiguo director de Colciencias).


El Profesor de MIT David Cavallo y nuestra ejecutiva en Colombia Sandra Abreu entrenando a los policías sobre como manejar los computadores para que ellos fueran los que les enseñaran a los chicos

Durante dos semanas estuvimos subiendo diariamente a la Comuna, increíblemente bien protegidos por policías y soldados, a capacitar policías en cómo usar las desktop de HP y el lenguaje LOGO (que mas tarde cambiaria su nombre a SCRATCH en asocio al fabricante de juegos LEGO de Dinamarca, hoy día el juego infantil más avanzado del mundo en materia de robótica educativa. (Varios millones de juegos han sido vendidos, llamados MINDSTORMS, o Tormentas De La Mente).

Le primera visita fue de un impacto brutal para los que asistimos, por dos motivos diferentes. Fuimos a ver el sitio donde antaño había una escuela, y la encontramos recién dinamitada por las pandillas cuando tuvieron que abandonar dicho logar. Ubicada en una colina estratégica, desde allí disparaban con armas de largo alcance a otra escuela cuesta abajo que estaba en manos de otro grupo armado enemigo. (ver foto).  De allí, nos llevaron a una escuela donde nos contaron que cuando llegaron las visitadoras sociales (sociólogas, sicólogas, dietistas, enfermeras, doctores, dentistas) a los pocos días de la Operación Orión, encontraron unas madres y unos chicos(as) tan supremamente afectados, aterrados, temerosos, traumatizados, que en el caso de los infantes, no hablaban. Eran mudos. Mudos del susto y de la angustia. La smadres les contaron que llevaban varios días sin comer pues era tanto el terror por las balas y granadas y lanza cohetes con los que las pandillas trataban de adquirir mayor territorio, que varias personas inocentes habían muerto tratando de ir a comprar la poca comida o medicinas que se encontraban en las tiendas de barrio en las calles de la Comuna. No podían salir de sus casas y aun dentro de ellas se arrastraban por el suelo pues las balas eran de tal calibre que traspasaban las paredes, no solo las exteriores sino adicionalmente las interiores debido al grueso calibre de la munición que utilizaban. Eran calles que se disputaban las bandas, verdaderas barreras invisibles donde el cruzar de una calle a otra podría significar la muerte inmediata por haber osado cuestionar la territorialidad de la banda dominante al otro lado de la acera. Este era el estado de confrontación vivido antes de haberse iniciado la Operación militar Orión y el motivo principal para haberla invadido en operación militar. Era imposible hacerlo por cualquier otra estrategia menos violenta.


Lo que al comienzo eran chicos y chicas mudos, cuando recobraron la confianza y la esperanza, una erupción de alegría y excitación salió a flote

Optaron los visitadores aludidos por comenzar una terapia con los chicos y las chicas basada en entregarles instrumentos de pintura y poner música tranquila, relajante, amable, sin mucha estridencia. Es decir una terapia sensorial pasiva (la música) y una activa, la pintura. Comenzaron los infantes por pintar lo que estaba fresco en su memoria: escenas de horror. Dibujos fuertes, con colores muy primarios, con figuras de gentes en gestos de pavor, de terror, de rabia, de impotencia, de dolor, o de actitud belicosa, con armas disparando, explosiones, cohetes, etc. Varias semanas después comenzaron a pintar escenas menos dramáticas, pero lo más importante fue que comenzaron a hablar. Al comienzo, poco a poco. De repente, como la erupción de un volcán, una gran algarabía se apoderó de todos, y un lenguaje no solo verbal sino corporal comenzó a expresar el estar regresando a su natural manera de exteriorizar energía reprimida por meses o años en sus cuerpos.  La música se tornó más festiva. Danzaban, cantaban. En esa primera visita a la escuela quedamos todos estupefactos, tratando de comprender el infierno vivido durante tanto tiempo por la comunidad y admirados de ver la aparente alegría demostrada por semejante carnaval de carcajadas, gritos, saludos, pidiendo tomarse fotos con nosotros, haciendo piruetas, caras, gestos y expresiones que tomamos como una demostración de una alegría de vivir.

Comenzó entonces una paciente tarea de capacitación de policías por parte de los profesores del MIT y nosotros como elemento de soporte y apoyo, más sicológico que real porque en verdad lo que estábamos realizando era un acto de restaurar un sentimiento de auto estima, de deseo de salir del trágico entorno y de volver a ser ciudadanos efectivos en una ciudad que lo necesitaba y lo pedía a gritos. Todo esto, cuidados y rodeados por personal militar impresionante, con armas de largo alcance, chalecos anti balas, y mirada vigilante y siempre alerta… (ver fotos).


Los niños y niñas nos regalaron dibujos “terapéuticos” con los cuales pudieron destrabar el pánico y silencio en que fueron hallados al entrar las organizaciones humanitarias a la comuna como parte de la Operación Orión.

Durante 90 días una de las empresas constructoras más emblemáticas de la ciudad y del país, CONCONCRETO, construyó, en tiempo record, en el mismo lugar donde la primera escuela había sido dinamitada al huir la banda que la dominaba, una estación de policía para la comuna, más parecida a un bunker de guerra que a una estación policial normal, (ver foto) por motivos obvios de protección. Se programó la apertura de la estación y al mismo tiempo la iniciación del programa de repartos masivos de computadoras HP a las escuelas con una ceremonia en una de las escuelas nuevas construidas para darle al barrio la seguridad y el simbolismo de que la educación sería la mejor arma e instrumento de reconciliación y crecimiento. Quise entonces traer a Nicholas Negroponte, mi compañero de clase, fundador y jefe del Media Lab, colega en la puesta en marcha del proyecto “Digital Nations” quien me había apoyado sin reservas en este empeño. Fue con él con quien diseñamos esta aventura educativa de paz en zona de violencia. En la ceremonia cargada de emotividad los chicos en un acto simbólico nos regalaron algunas de las pinturas que habían creado al comienzo de este renacer. Fotos de dicho proceso acompañan este relato.


En el lugar de la escuela dinamitada, la ciudad edificó en un tiempo record la estación de policía, un verdadero bunker de guerra

Fue la primera vez que en Medellin (y en el país) se utilizó un instrumento tecnológico de la Era Digital, para comenzar a cambiar un ambiente de violencia por uno de ingreso hacia la modernidad del siglo XXI.  Fue tan significativo el proceso que Nicholas Negroponte fue honrado al recibir las Llave de la Ciudad, por parte del Alcalde Pérez.


Esta era la manera en la que la nueva escuela, recién inaugurada, tenía que ser protegida francotiradores. Fue el dia que visitamos Negroponte y yo con el Alcalde Luis Pérez

Años más tarde, en 2008, el Ministro de Defensa del presidente Alvaro Uribe, Juan Manuel Santos, comprendiendo la importancia del cambio fundamental que se había logrado, montó un programa similar pero esta vez un proyecto ya maduro y con una trayectoria de impacto mundial, el de One Laptop Per Child, o Una Computadora Por Niño. En plena Sierra de La Macarena, en la selva entre la cordillera oriental de Colombia y las amplias planicies y selvas de los ríos Orinoco y la Amazonía Colombiana, reducto inexpugnable hasta ese entonces de la guerrilla. Esgrimía como dictador el temido y sanguinario alias “Mono Jojoy”, en ese momento ya prófugo de la justicia, más tarde abatido en combate. En aquella ocasión, se logró dotar a todos y cada uno de los chicos y chicas de dicha localidad, quienes hasta ese momento solo habían vivido en un ambiente de terror, guerra y dominación por parte de la guerrilla, con un laptop conectado al internet. Para ello fue necesario utilizar como punto de enlace la torre militar de telecomunicaciones de la zona, única manera de tener contacto con el mundo, inclusive antes de tener TV. Fue muy significativo el entender que los niños y niñas de La Macarena contaron con este instrumento, antes de que la misma población pudiera ver TV. Pero lo más significativo de todo fue ver a los soldados mismos, previamente entrenados por nuestro equipo, y basados en la experiencia de la Comuna 13, fueran quienes no solo entregaron en una ceremonia simbólica muy emotiva los laptops a la comunidad (ver foto) sino verlos entrenando a los chicos en el manejo de aprender a escribir código en “Scratch” y en adición, escucharlos comentando con los estudiantes los pormenores de las aplicaciones educativas incluidas en los mismos. Paradójicamente el ministerio de Defensa entendió primero e inclusive más claramente y mejor que el propio ministerio de educación, los alcances fundamentales de esta iniciativa. El proyecto fue llamado Educación Por La Paz (ExP) tuvo repercusión internacional. Estuvo basado en el viejo principio promulgado por el general Ray en India y por la experiencia vivida en Medellín años atrás. Cuando las fuerzas militares entregan el arma más efectiva para terminar efectivamente con la violencia, la educación, transformaciones trascendentales ocurren.


Cuando las fuerzas armadas entregan elementos de aprendizaje como las verdaderas armas para combatir la ignorancia, la pobreza y por ende la violencia, paradigmas se transforman

Obviamente la transformación de Medellin no se debió únicamente a este proyecto de la Comuna 13. Dio inicio, eso sí, a una mentalidad transformadora basada en la tecnología, la innovación y la ciencia. Alrededor del 2009, Medellin comenzó un proyecto de transformación urbano bautizado Medellin 2021, basado en el sistema de transporte masivo complementado con lo que se ha llamado Arquitectura y Urbanismo Social. Lo primero que se hizo fue dotar a las comunas, casi todas ubicadas en las empinadas laderas de las montañas, con un sistema de transporte basado en góndolas sostenidas por cables, utilizadas en los campos de esquí, con lo que se logró disminuir de dos y media horas a 40 minutos el tiempo que les tomaba bajar a sus habitantes a los centros de trabajo en la ciudad. Afortunadamente, Medellin contaba con una gran espina dorsal de transporte masivo, llamado el Metro, que recorría el largo y angosto valle de Sur a Norte, construido en los años 80 y 90, al cual le comenzaron a conectar las góndolas, llamadas Metro Cable. Pero la ciudad no se quedó allí. Precisamente en la Comuna 13, instaló una serie de escaleras mecánicas al aire libre, protegidas por unos techos de plástico, que subían la tortuosa y laberíntica montaña, complementando el sistema combinado de Metro y Metro Cable en un gran sistema integrado de movilidad. Como si esto fuera poco, fueron surgiendo ideas complementarias. Las llamadas instalaciones arquitectónicas de impacto social. Por medio de concursos públicos arquitectónicos, se dotó de magnificas, funcionales y estéticamente agradables, escuelas, bibliotecas y Centros Comunales  en la parte alta de las comunas, donde terminaban los Metro Cables, punto final de la transformación social aludida. El sentido y orgullo de estas propiedades colectivas, complementado con el de un mejoramiento sustancial de la autoestima ciudadana, fue calando hondo y creando una nueva narrativa urbana-social que comenzó un círculo virtuoso, consolidado ya hoy día. Simultáneamente, la ciudad plasmó esta alianza público-privada-academia en un organismo que no tiene hasta el momento competidor en la región. El “hub” de innovación, ciencia y tecnología tuvo de repente una sede, a la que llamaron “Ruta N”. El nombre dice mucho: La “N” representa “el Norte”, la idea de la brújula apuntando hacia ese simbólico concepto de encontrar “el rumbo” de las cosas. Y lo pusieron un contexto de anotación científica es decir “exponencial”. Como diciendo Ruta N (encontrar el rumbo) pero a la “n” potencia. Medellin entró por este medio al mundo exponencial.

Ruta N es un bicho raro. Financiado en su parte de gastos fijos con dineros de las Empresas Públicas de Medellin, es decir del municipio, su gobernanza está compartida sin embargo con el sector privado, la academia y las ONGs, donde estas últimas tienen mayoría en su Junta Directiva. Algo insólito hasta ese momento, impensable, dicen otros. De tal manera, alcalde que llegue tiene que mantener una narrativa general coherente con un plan de largo plazo, blindando así la entidad de los avatares políticos que agobian nuestras instituciones. Ha sido el canal de transformación tecnológico más efectivo y práctico con lo que una ciudad moderna cuenta en la actualidad. Verdadero ejemplo para otras ciudades que la visitan a diario buscando imitar, no siempre fácilmente, este extraño pequeño-gigante que la ciudad logró crear. Ha logrado la bicoca de atraer a más de 250 empresas extranjeras y crear más de 8,000 empleos directos en temas de innovación, ciencia y tecnología. Algo impensable hace 10 años cuando la gente no se arrimaba a Medellin ni a mil kilómetros de distancia por considerarla el reino de los narcos. La innovación pues, ha sido el motor de desarrollo del Medellin Siglo XXI, lo que fuera la minería y la industria textil de principios y mitad del Siglo XX.

Con una población de más de 2.7 millones de habitantes (3.5 Millones en el Gran Medellín, llamado el Area Metropolitana del Valle de Aburrá), rodeada de montañas en un valle angosto y largo, tuvo un proceso de urbanización interesante. En 1952 tuvo un Plan Maestro Urbanístico, diseñado por Joseph Lluis Sert, quien más tarde fuera el decano de arquitectura y urbanismo de Harvard University, y en su momento fue la única ciudad existente en el mundo a la cual se le llevó a cabo en realidad la implementación del mismo. Sin embargo, en una visita que hiciera Sert a la ciudad a los 25 años de realizado su plan, en 1977, pudo constatar que por el apetito voraz de los desarrolladores de propiedad raíz, se habían cambiado restricciones fundamentales en su zonificación y comenzaron a densificar con enormes construcciones en altura las laderas de las montañas. Paradójicamente hoy día la parte plana del valle es en gran parte llena de edificaciones de dos o tres pisos. Pero en las laderas, el sistema de transporte vehicular es un verdadero dolor de cabeza. Con 600,000 automóviles, cuenta igualmente con la impresionante cifra de 600,000 motocicletas, consecuencia natural de un éxito en escalamiento socio económico de la población. Este es uno de los retos actuales que esta ciudad, lejos de creerse con las soluciones a sus problemas resueltos, encara hacia el futuro. A esto se le suma el problema que todos estos vehículos significan para la calidad del aire, otro de sus grandes problemas. No menor, es el reto país al ver aumentadas las plantaciones de coca de 55,000 hectáreas en 2012 a 210,000 hectáreas hoy día. Pero esta ciudad está ya convencida de que la ciencia y la tecnología serán factores determinantes de soluciones futuras. Cuenta ya con un numero grande de taxis eléctricos (color verde), de buses eléctricos y de promoción de formas de transporte sostenible e innovadoras. Vehículos autónomos eléctricos, es uno de los muchos sistemas actualmente en consideración. Abundantes cámaras publicas con reconocimiento facial están siendo consideradas como manera de mejorar la seguridad ciudadana.

Se idearon varias otras maneras creativas de darle vida a los barrios. Los grandes tanques de agua ubicados en las partes altas de las montañas, para de ahí bajar por gravedad, otrora cerrados con mallas por miedo a atentados terroristas, fueron abiertos y convertidos en su alrededor en verdaderos centros comunales y recreacionales a los cuales llamaron UVA, “Unidades de Vida Articulada”.


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Los tanques de agua para la ciudad, antes cerrados con cercos de malla, hacen hoy parte de las zonas de entretenimiento de los barrios.  

Ese experimento en el turbulento pero transformador año 2003, en un lugar cuya violencia y peligros constituían un desafío impresionante, sirvió de ejemplo para que una ciudad se volcara hacia la innovación, la ciencia y la tecnología. Quien lo creyera.

Muchas veces las cosas comienzan por caminos diferentes a los imaginados. Verdaderos laberintos que el destino guarda para nuestra sorpresa y enseñanza de vida. Ciertamente lo ocurrido en la Comuna 13 en aquel momento, fue uno de ellos. Y fue una alegría y satisfacción inmensa el haber sido parte de este proyecto.

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Rodrigo Arboleda

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